Con Julio tengo que hacer un relato breve. En parte porque ando a las corridas y en parte porque no le quiero dar mucha prensa a ese hijo de putas agrandado como calzón de gorda. Paso a contarles: Julio es remisero. Tendrá unos cincuenta y pico de años, panza, fuma cigarros de oferta y lee la voz del interior. Medirá un metro setenta con toda la furia, tez oscura, pelo blanco ligeramente enchastrado de gomina, pantalón de Jean, camisa y corbata que no le llega al ombligo. Julio es el típico jodido echado del interior. Es el flaco que se te queda mirando fijo hasta que uno levanta la mano y le hace un "bueeenaas" así de onda, y el otro no te lo devuelve y te deja sintiéndote un boludo en la vereda y después cuando pasás al lado de él te dice " uhhh que hacés no te había visto". Es raro uno no sabe si le están tomando el pelo o simplemente es corto de vista.
En la época de poco trabajo ( todo el año para él gracias a un temperamento que pocas veces colabora con el mantra de que " el cliente siempre tiene la razón) se queda con el asiento reclinado dentro de su Ford Galaxy con los Ray Bans (espejados ) puestos, haciendo como que apoliya. No duerme, solo hace como que duerme. Esto le permite hacer dos cosas: Una: tildarte de careta cuando no lo saludás ( porque uno piensa que está contando ovejas cuyanas) y dos: putearte por " haberlo despertado" cuando uno lo saluda, siendo que en realidad tiene un ojo más abierto que el otro para junar ortos de incautas transeúntes. Tiene en su haber un sinfín de historias imaginarias donde las minas le dan bola y creo en parte, utiliza estos recortes de realidad como ayuda memoria a la hora de componer el relato. Porque JUlio, siempre la pone más que uno, más que toda la cuadra junta, Julio solo podría inseminar toda la patagonia, sino fuera por el dolor de ciática que lo aqueja.
Básicamente un mala leche. Se lo ha visto sonreír en tres oportunidades, dos cuando ha perdido su propio equipo de fútbol al grito de " te dije que somos unos muertos, ahora me van a hacer caso y van a cambiar al técnico" y una cuando palmó el frutero de la vuelta. No por rencor ni nada que se le parezca, es que ahora, puede usufructuar el sitio que dejó la camioneta del difunto a la sombra de la calle Hacha.
Gente del barrio de coltonia, que se puede esperar....
By Colton & Vegas.

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