sábado, 26 de marzo de 2011

DE FIEBRE Y CON COMPRAS


Esta va desde el lecho coltoniano tomando sopita de hongo chino, extracto de pescado thai y jengibre (  puede que cure el resfrío pero sabe a mediasuela de pie  de  koreana y temo me  empiece a crecer pelo en nuevas zonas del cuerpo.)
El hecho es que  tengo el conteo de glóbulos  blancos de un  nene de dos años moribundo (con triple cepa de  ébola encima )cuando llega el otoño. No falla. Al primer  fresco caigo en cama con esta suerte de resfrio que no se termina de definir. Ni  gripe total, ni lo suficientemente  leve como para salir a dar una  vuelta. Un "ni" generado a  base de poco  sueño, mucho estress y una  dieta con bastante escabiolino: el combo perfecto para la reproducción de virus y bacterias.
Y como no tenía mucho en la heladera me fuí para el super a ver que encontraba  como para  pasar esta malaria.
Me calcé lo primero que encontré y salí  con la piojera  medio sopleteada y la tarjeta del DIA. Supermercado del surrealismo a escasos  metros de casa. Ventajas:  precios de risa, mercadería que a veces viene de España bajo segundas marcas, personal tristemente capacitado para no resolver nada y está a una  lanzada de piedra de la puerta de casa. Desventajas: sus góndolas parecen saqueadas siempre, tenés una sola variedad de cada producto y las marcas " lideres" compiten con marcas que  el perro ha olfateado y dejado entre ladridos de ofuscamiento.
El Super Día tiene algo especial aquí en Urquiza, es uno de los últimos reductos de pobreza estructural del barrio. Aquí  vienen las embarazadas de plan social con cuatro crios encima y dos botellas de CHEVECHA vacías para satisfacer los deseos etílicos de su pareja desempleada. Aquí todavía se compra  grasa para las tortas fritas  y un kilo de harina en los días de lluvia.
Aquí los "mamurdas" del barrio, vienen a aprovisionarse de vino en cartón y jugo concentrado de oferta para hacer "el mezcladito". Y sus miradas se  entremezclan con la de las viejas locales. Las viejas del barrio son un tema aparte, casi para un libro. Mucha viuda por acá, mucha vieja con  gatos, las menos con algún marido que las acompaña.  Esas son divertidas: las veo llevando  siempre algo para "la picadita" del  dorima: salamincho, un quesito, unas papitas y el vermú. A veces me digo para mis adentros "Son un amor, pero lo van a matar de un pico de presión a ese pobre  hijo de putas...". Tengo  una en especial  que es para filmarla: Esta chapa, chapa... no chapita,  sino chapa jodido. Está de acá desde la  fundación de Buenos Aires. La dejó Don Pedro de Mendoza para que se la morfaran los indios y no hubo caso. La deben haber  hervido dos  horas  pero la  vieja seguiría dura, así que antes de terminar en lo del médico brujo por un diente roto habrán preferido perdonarle la vida. Y se aquerenció al barrio. Y cada tanto la veo, viene  con una  bolsa de red en la mano, paseando por el  medio  del las góndolas de enlatados,  charlando con las latas de conserva (  Las primeras veces que  vine a comprar acá me llevaba unos  cagazos de novela cuando la veía  contándole sus  penas a las arvejas remojadas de 400 gramos) y cuando paso por al lado, siempre me pide que le alcance algo, porque  pobre, debe medir un  metro treinta en tacones.  Y yo veo que viene con  el canasto y le pone tres paquetes de sal y después los saca  a las puteadas porque no necesitaba sal  sino arroz, y   va mirando  feo a todo el mundo como si la gente le cambiara los paquetes. Hace tres pasos más y  repite el proceso, con la harina leudante y la polenta. Y así, le va rompiendo los huevos a todos los que encuentra en el pasillo, sean clientes o repositores. Te pide el precio de cada cosa tres veces, va taconeando entre los descuentos con la estabilidad de un sachet de leche, haciendo zig zag entre las ofertas de sidra y pan dulce que quedaron de las  fiestas, asomándose a las heladeras a ver si  hay  hamburguesas congeladas o vaya a saber qué. Pobre vieja,  con lo resbalosa que  viene uno de estos días se nos va a ir de mente a uno de los freezers y  va a quedar más dura que Walt Disney. Ya me veo  revolviendo buscando un almendrado y ahí al lado de las Patitas la javie hecha un Patalín abrazada a una lata de choclo cremoso. 
Por suerte llego a la caja, ahí hay una cajera especial. Bruta como un arado, todo lo que pasa por el escanner tiene que ser golpeado, como que sin ese golpecito el laser no funcionara. Ya es la quina docena  de  huevos que me reponen, la puta madre,  y yo con este resfrío. 

By Cof Cof Colton & "Gesunheit" Vegas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario