Heme aquí, domingo de lluvia y yo sin internet. Estoy como loco calibrando la budinera a ver si consigo al menos un poquito de conexión para mandar la nota.
Ando con una bronca macha. Un domingo de alpedismo garantizado y en casa parece que hubiéramos vuelto a 1980. Con lo que estaba esperando un día así:
A mi modesto entender, es
como estar en el telo con una modelo y sufrir de impotencia por lluvia. Que se yo, Fibertel es así, cuando llueve “se cae”. “Estamos trabajando para solucionar el
inconveniente” te dicen por teléfono. Y yo me
imagino un escuadrón de cacheteadores,
un regimiento de sobadores y un pelotón
especial de amasadores de la fibra
óptica que sin importar las condiciones de tiempo te enviagran la conexión para
que vuelva “a levantar”.
Me caen simpáticos cuando preguntan “ ¿y ahí levanta?”. Y uno del otro lado esta “ mmmnop. A ver dale
un poquitito más que está remolona” o “ Hacé lo que estabas haciendo recién que todavía viene gomosa no me carga ni la página
de google”.
Los domingos de frío y lluvia como este encima, están hechos para ponerla. Un poco
para hacer cucharita, para verse un western con 400 extras cagados a tiros; para clavar dos pelis de romanos
al hilo por el canal de cable donde lo ves a Charlton Heston arriba del
carro a las tres ponele y siendo azotado por Egipcios a las 5 PM y decís.
¿Qué pasó? ¿Vendió el Flete y se dedicó el sadomasoquismo?
Son días para
agarrarla a la patrona y corretearla, torta frita en mano por toda la casa; para hacer miguitas en la cama, tomarse
unos ricos mates y mirar la temperatura a cada rato: Corroborar que sigue
fresco y acurrucar un rato más.
Para momentos así el pijama es el uniforme de batalla. La
jogineta, la bata y el remerón se vuelven de rigurosa etiqueta. Los diarios mezclados
entre las sábanas y el living. La cara de “ que pajaaaa hoy” matizada con la
panza de haberse comido todo durante el finde. Y la promesa de ir al shopping
que se cae cuando uno piensa “ De seguro
está hasta las manos, voy a estar apretado con otros mil tipos que salieron a
arrastrarse como un ejército de zombies frente a las vidrieras”.
Domingos así son para vivirlos en paz, con calma y tecito
entre amigos/as. Hay que instaurar por
ley el té de las minas. Hablan a roletes, le dan a la lengua hasta el calambre, comen
hidratos, se prometen cien mil kilómetros de cinta entre rebanada y rebanada de
torta y vuelven a aquello tan lindo que tiene el encontrarse con el otro sin el
mensajito o el face.
Cada tanto hay que aflojar. Mirarse una buena peli en el dvd
y hacer pochoclos caseros. Quemar dos cacerolas con el caramelo hasta que te
sale más o menos pasable ( pónganle un poquito de manteca y quedan una joyita). Y volver al mundo pre internet. Aprovecho y mando esto porque parece que levanta.
¡Buen comienzo de semana amiguitos!
Colton “ Im
easy like a Saaaaandimoooorniiiin” & Vegas.

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